En un país como este, la religiosidad está a flor de piel y se vive
intensamente. Por tanto, muchas son las actividades que se realizan en torno a
la parroquia a la que pertenece cada vecino. Mi casa durante este tiempo está
en la Avenida Kashowe, que pertenece a la iglesia de Sainte Elisabeth. Con el
párroco, “père Toussaint”, habían hablado ya antes de nuestra llegada para
avisarle de que llegábamos como voluntarias, de modo que ya nos había
encontrado ocupación. Por tanto, aunque no lo he mencionado hasta ahora, hemos
compaginado nuestra labor en la maternidad con la de la parroquia, aunque a
veces eso nos ha supuesto estar todo el día ocupadísimas, entre una y otra cosa
y los desplazamientos correspondientes en dubay que ya conocéis.
Misa en Sainte Elisabeth con bailes de los acólitos |
Eso hizo que mucha gente nos conociera de modo que a estas alturas
vamos por la calle, y son muchos los que nos saludan. Eso supone una
satisfacción tremenda pues, caminar por Lubumbashi e ir saludando a las
personas que amablemente se dirigen a nosotras, es una inyección de fuerza.
Además de las misas, enfrente de la iglesia hay un conjunto de
edificaciones donde los jóvenes y niños se reúnen para hacer distintas
actividades. Fuimos a conocer todo eso y a comprobar de primera mano la labor
de la parroquia. Al pasear por allí, lo que más me sorprendió fue el sonido.
Tal y como dije al principio la religiosidad está a flor de piel en este pueblo
y esa religiosidad está siempre íntimamente ligada a la música. Pues bien, hay
muchos grupos corales divididos normalmente por edades y cada grupo participa
en una misa en concreto. El paseo por esas aulas es impresionante pues de cada
una salen sonidos tales que, la primera vez que se llega aquí hacen sospechar
que son grabaciones de profesionales, pero cuando entras en cada una de ellas
compruebas que son el producto de unas gargantas privilegiadas y de unas almas
que viven la música como nunca antes yo había visto.
En ese lugar con una banda sonora tan especial, hemos puesto nuestro
granito de arena. Por las mañanas hemos asistido a juegos de niños dirigidos
por monitores que conocen muy bien su trabajo. Hemos jugado con ellos e
intentado seguir a veces su ritmo porque (aquí también) todos sus juegos tienen
música de tambores de fondo, y ¡Cómo no!: Bailes. Cuando regrese prometo hacer
un apartado en este blog de videos porque así podréis comprobar de primera mano
de qué os hablo, pero aquí la tecnología no me permite subirlos.
Preparados para ir al campamento, el autobús tiene que llevar muchos niños y se acomodan como pueden |
Pero además de esto, se nos invitó a un campamento que se organizaba
con los niños que podían pagar los doce mil quinientos francos congoleses (unos
diez u once euros) que costaba la estancia de una semana en los terrenos de un
seminario a unos quince o veinte kilómetros de Lubumbashi (casi una hora de
camino).
Allí hemos compartido a tiempo completo una semana con 210 niños y
otras 40 personas entre monitores, ayudantes, encargados de la comida,…
Dormitorio de las niñas |
El día empezaba a las 5 para los monitores que tenían que calentar, encendiendo el fuego, en un bidón el agua necesaria para lavar a todos los niños. Había duchas aunque no agua corriente pero estos niños están acostumbrados a trasegar con cubos de agua para todo lo necesario. Las duchas por la mañana tenían un ambiente especial: a las siete se levantaban los niños y empezaba el aseo de la mañana: con un cubo y un vaso grande se iban lavando, en unas duchas abiertas sin puertas ni cristales en las ventanas, con el frío de la mañana, el vapor se desprendía de los cubos y de la piel de los niños: una piel brillante y suave, con un color precioso; cada niño llevaba su guante de toalla, su jabón y loción hidratante: me sorprendió el cuidado que dedican a su piel y entendí el aspecto tan saludable y tan brillante que lucen la mayoría de ellos, aunque el polvo rojo del Congo (y los juegos de niños) no permite mantener durante mucho tiempo ese brillo de recién lavados.
Los monitores calientan el agua para el baño |
Todo el día había actividades, juegos, paseos, comida, y misa (no en
vano es un campamento organizado por la parroquia)
La estancia en este lugar ha sido para mí otro regalo pues me ha
permitido asistir como espectadora a las vidas, a las costumbres, a los juegos
de estos niños. Pero sin duda el mayor regalo ha sido sentir su proximidad y su
cariño, que entregan sin medida ni límites: sus abrazos, su curiosidad por mi
piel y sobre todo por mi cabello: nunca me habían acariciado el pelo tanto como
estos días. Unos más que otros, pero todos se han acercado y me han regalado
sus sonrisas que son espectaculares. Brillantes, desinteresadas, sinceras y
cálidas.
Mi pequeña Julia |
Aquí tengo que hacer mención especial a la pequeña Julia, que ha sido la que más ha buscado mi compañía: el primer día se acurrucó junto a mí y, en mi regazo, empezó a poner su mano junto a la mía y a palpar mi piel; me dijo que éramos diferentes y yo le dije que no, que las dos teníamos dos manos, cinco dedos, dos ojos, dos piernas, dos brazos, entonces le pregunté si ella con sus brazos podía abrazar, y si con sus labios podía besar y sonriendo me abrazó y me respondió que sí, y ella misma entonces me dijo: “¡es verdad, somos iguales!”. No podéis ni imaginar la gratitud y la alegría que sentí por ser tan afortunada y que la vida me hubiera permitido viajar hasta aquí y tener todas estas vivencias tan bonitas.
La semana pasó como todo este tiempo que llevo aquí: rápidamente, casi
escapándose entre los dedos como el agua, pero he podido agarrar firmemente
algunos momentos, sensaciones y sentimientos que siempre se quedarán en mí como
un tesoro.
El domingo emprendimos el regreso: mientras los monitores recogían
absolutamente todo (colchones, sillas, mesas, congelador, recipientes,
cacerolas, estanterías,…) pude comprobar el mérito de esos campamentos con el
padre Toussaint como principal artífice: llevar absolutamente todo lo necesario
para proporcionarles a esos niños una semana de alegría, de juegos, de
aprendizajes y de convivencia. Pero también hice un recorrido para comprobar el
vacío que quedaba en todos los rincones que hasta ese momento habían sido
ocupados por los niños, por sus voces, sus juegos, sus palabras y sus
espectaculares sonrisas.
Sin embargo, dentro de mí, resonarán siempre, ocupando para el resto de
mi vida un lugar que les corresponderá sólo a ellos.
Al acabar todo quedó vacío |
Los monitores |
Las cocineras y el arroz, imprescindible en la mesa congoleña |
Los propios monitores lavan la ropa de los niños y la ponen a secar sobre las mosquiteras |
Foto de familia: ¡¡éramos 250!! ¡Busca a Wally! |
Que pasada! Ahora entiendo porque no te quieres venir, pero por aquí te echamos de menos!
ResponderEliminarDisfruta muchísimo y tráete toda esa música en tu cuerpo..... Esos bailes, disfrútalos, admira los instrumentos......haz alguna fotito para mi....... Y vente sana y salva.
Ya veo que estas más morena y casi mimétizada con el entorno.
Un beso , guapa
Hola Josefina,soy Marivi,como veo estáis llenas de experiencia y sentimientos.Pero a desamas también aprendisteis a bailar .Seguir aprendiendo para luego compartirlo con vuestras seguidoras,un beso para las dos
ResponderEliminarHola Josefina! después de leer tu nuevo comentario,solo me queda por corroborar lo que siempre te he dicho" los niños son niños en cualquier lugar del mundo,y quizás hasta los mas necesitados son los mas cariñosos,y tu que lo derrochas estarás disfrutando lo indescriptible,me das envidia,aunque yo carezco del valor que a ti tanto te sobra para poder hacer algo tan grande como la de servir,amar y cuidar a los mas necesitados.muchos besos cuídate.Marieta
ResponderEliminarHola princesa.....he tardado, pero....por fin te he encontrado!!!
ResponderEliminarYa me lo he leído todo, lo antiguo y lo nuevo, y me han encantado tus relatos, les das vida...en ellos se ve mucho sentimiento...
Que experiencia más bonita. Tú das mucho amor, pero pienso que es recíproco por parte de esa gente tan humilde y tan sencilla.
Con lo que más disfruto es con las caras de felicidad de los niños....
Me da mucha alegría saber que estás bien...Un beso grande, y por supuesto mi "abrazo de oso".
♫ ♪ Cumpleaños feeliz ♫ ♪ cumpleaños feeeliiiz ♫ ♪ te deseeooo princesaaaa ♫ ♪ Cumpleañooooosss Feeeeliiiizzzz ♫ ♪ ♫ ♪
ResponderEliminarUn montón de besos y un "abrazo de oso"!!!!!
Feliz cumpleaños!!!! Espero que lo pases bien con esa familia "de paso" que tienes ahora. Este año no me estoy portando bien, no te comento, pero me lo leo y, como siempre, me parece extraordinario lo que estás viviendo. Te estás llenando de vivencias nuevas, además, según me han dicho, lo de ayudar a traer una vida nueva, siempre te ha gustado. Enhorabuena por la experiencia!!. Nos veremos pronto. Un abrazo de todos nosotros.
ResponderEliminarHola Josefina.Que bonitos relatos y fotos que nos mandas.Cuantas vivencias nuevas, como la de ayudar a traer nuevas vidas,con tan pos medios.Felicidades a todos por esa labor tan extraordinaria que haceis.Un abrazo
ResponderEliminarHola hermanita, y felicidades en el dia de tu cumpleaños, habia esperado a hoy para con la escusa de tu cumpleaños, responderte.
ResponderEliminarQue distintas son las formas del Congo, con las de aqui. Casi nadie participa de las cosas comunitarias , y eso de saludarte, ni aunque te conozcan de todos los dias. Eso de "buenos dias" o un simple "hola", quedo en la clase de educacion que nos saltamos. Aunque eso de tener la piel y el pelo de otro color, es una buena señ identificativa para ser reconocidos en la calle.
Debe ser impresionante escuchar toda la polifonia de voces por los pasillos, a nosotros nos hubiera ido mejo si en lugar del gregoriano y el latin, hubieramos tomado otro camino mas cercano.
Tienes que intentar enseñarnos como enseñar a los nuestros aqui para que les apasione tanto los idiomas y las cosas nuevas, como a los niños de alli. Creo que internet les ha suplido el instinto de la curiosidad, y en lugar de una herramienta, se ha convertido en un ariete.
Me ha sorprendido el imaginar el uso racional del agua que hacen los niños para ducharse. Aqui es distinto, solo tenemos que abrir un grifo y desperdiciar cuanta agua queramos, siempre pienso que el agua sigue siendo un bien subvalorado en el primer mundo, sabemos lo que cuesta un litro de gasolina porque es caro, pero si el agua costase lo mismo que la gasolina, no la dejariamos correr tan alegremente.
Cuando lei lo de Julia, necesite tomar aire en ocasiones para deshacer el nudo en la garganta. Es mejor que no expliques que aqui el unico color que nos diferencia, es el del dinero. Medimos a nuestros iguales, no por el color de la piel, sino por la ropa que llevan puesta, el coche, el tamaño de la casa o piso o cuenta corriente...
Cuidate mucho y vuelve pronto, aqui tambien tenemos estancias vacias desde que te fuiste y rincones sin sonido esperando a tu regreso. Un abrazo hermanita.
Hola seño;cumpleaños feliz,me ha costado trabajo encontrarte,pero aqui estoy ya disfrutando de tus vivencias y relatos.!QUE BONITO LO HACES¡Besitos de Juani.
ResponderEliminarFelicidades (con dos día de retraso), Josefina! Sorry, pero lo acabo de ver al leer los comentarios. Acabo de volver a Linares después de unos días incomunicado de la tecnología y revisando el periódico IDEAL veo una noticia con una "cara conocida", ¿te han hecho esa entrevista por email? ¿o estas ya por estas tierras?. Esta es la web de la noticia:
ResponderEliminarhttp://www.ideal.es/jaen/linares/201408/09/voluntariado-proporciona-riqueza-personal-20140808190645.html
Nada más leerla he vuelto a entrar en el blog y ahora se comprende la más de una semana que has estado sin dar nuevas noticias en el blog, veo que os habíais ido a un campamento (por cierto, en la última foto que pones cono todo el grupo, a pesar de casi el centenar de personas que salen en la foto, a Adriana y a ti se os localiza rápido) ;-) y habéis dejado po unos días la maternidad que tantos momentos agradables os ha regalado estas semanas anteriores. Bueno Josefina, un abrazo, te esperamos pronto por aquí!.